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Paradójicamente, en medio de los avances que supone vivir los tiempos de "la sociedad de la
información", una gran confusión se advierte cuando se pretende juzgar la
responsabilidad de la ciencia en los peligros y desafíos que caracterizan nuestra época histórica y se vinculan los grandes descubrimientos científicos casi exclusivamente con el
genio de determinadas personalidades.
En esta presentación pretendemos aproximarnos, desde la perspectiva sociológica del enfoque histórico - cultural, al complejo panorama del desarrollo de una ciencia que ha tenido un impacto notable en los progresos de diversas ramas del quehacer humano, la Química.
Linus Pauling (1901-1994), laureado dos veces con el Premio Nobel, ha propuesto la siguiente definición: "La Química es la ciencia que estudia las sustancias, su
estructura, sus propiedades y las reacciones que las transforman en otras sustancias".
El complejo problema de la clasificación de la ciencia ha sido pragmáticamente resuelto con la frecuente afirmación aparecida en los textos: "...tradicionalmente la Química se ha subdividido en varias ramas que facilitan su estudio". De tal modo se olvida que no está precisamente en manos de la tradición lo que constituye reflejo de la
lógica interna de la ciencia y del decursar histórico de su proceso de construcción.
En primer lugar, las particularidades estructurales de las sustancias químicas exigieron su estudio en dos grandes campos: el mundo de las sustancias inorgánicas relacionado originalmente con los
minerales y que engloba todas las combinaciones posibles en las que no interviene el
carbono, y el mundo orgánico asociado a las sustancias que se presentan en los
tejidos vivos y que incluye, por la singularidad estructural del carbono, a los
hidrocarburos y sus derivados.